viernes, 15 de diciembre de 2017

Nostalgia bien llevada.


Llevo un par de semanas sin escribir, en parte porque no he tenido tanto tiempo y en parte porque he llegado a esa parte de la lista en la que me cuesta hablar de las películas en cuestión. En el caso de la que me ocupa hoy, Estiu, 1993 (Carla Simón, 2017), es porque no sé bien qué decir más allá de "Es maravillosa, vedla".

El film cuenta como, durante el verano de 1993, Frida, de 6 años, tiene que abandonar su vida en Barcelona y todo lo que ha conocido hasta ese momento para irse a vivir con sus tíos y su prima pequeña al pueblo tras la muerte de sus padres. 

Lo que resulta más fascinante de esta película es la habilidad de Simón para caminar por la línea exacta que separa la nostalgia edulcorada y el melodrama, que es algo que podía haber ocurrido facilmente ya que la película no solo por estar basada en la infancia de la directora, si no también por narrar posiblemente el momento más duro de esta. Lo fácil hubiese sido caer o bien en una mirada excesivamente complaciente del mitoplasta del "Yo fui a EGB" o bien en el melodrama de domingo por la tarde. No es el caso y la película recrea la atmosfera de los veranos en el pueblo con un nivel de honestidad que no soy capaz de tener yo mismo con mis propios recuerdos.

En ese aspecto de veracidad, hay que destacar la increible labor de su jóven protagonista, Laia Artigas, asombrosamente natural para su corta edad, que consigue sostener la película sobre sus hombros como una veterana. Su Frida resulta creible y real, y es gracias a eso que el tono general termina de funcionar. Porque toda la película está contada desde sus ojos, y como los ojos de cualquier niño, son unos ojos que no entienden del todo qué es lo que ocurre y que descubren lo que pasa a base de espiar conversaciones a medias y atar cabos. Por no hablar de que su adaptación a esta nueva realidad en la que le toca vivir es creible y cualquiera puede verse reflejado en ella. No hay que olvidar el trabajo de los dos actores adultos principales, David Verdaguer y Bruna Cusí (ambos merecidamente nominados al Goya), maravillosos en su papel de tíos que tienen que adaptarse también al nuevo statu quo.

En general Estiu, 1993 es una cinta curiosa, diferente y fabulosa que funciona a todos los niveles. Una pequeña gran película maravillosa que todos deberíais ver si tenéis la oportunidad. Ya siento que la crítica sea tan breve, pero es que no sé que más añadir. Id a verla, o buscadla o lo que sea, pero vedla. Cintas así hay pocas y necesitan atención.










Esta es la sexta película en mi lista de "las mejores que he visto por primera vez en 20017", aquí dejo la lista con el resto:

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